Dr. C. George Boeree
Departamento de Psicología
Universidad de Shippensburg
Traducción al castellano:
Nacho Madrid
Disfunciones Sexuales
Con algo tan intenso y pervasivo como es el sexo, es de esperar que las cosas vayan mal. La categorización estandar de desordenaes sexuales proviene del DSM-IV, el manual diseñado por los psiquiatras que describe la enfermedad mental y la etiqueta para facilitar la comunicación y la estandarización de los diagnósticos.
En primer lugar aparecen las disfunciones sexuales, que implican problemas con el deseo o la ejecución sexual:
El trastorno del deseo sexual hipoactivo es “una deficiencia o ausencia de fantasias sexuales y deseo de actividad sexual” que causa a la persona angustia o problemas con otras personas, y que no es debida a cualquier otro problema, como es la condición médica o el abuso de sustancias. Basicamente, una persona con este problema evita cualquier tipo de relación sexual, incluso con su esposo/a. Esto, por supuesto, es duro en la mayoría de las relaciones. Debe tenerse en cuenta, en cualquier caso, que el deseo sexual varía enormemente entre los seres humanos. Mientras que el que no guste el sexo es ciertamente anormal estadísticamente, no es necesariamente anormal psicológicamente.
El tema de “causar angustia” y “no debido a otros problemas” es algo que se encuentra en la mayoría de las descripciones de los desordenes sexuales (y, de hecho, de la enfermedad mental en general), así que no quiero repertirlo. A juicio de la mayoría de la gente en el campo psicológico, si no te molesta y no molesta a otras personas que te rodean, no es probable que haya problema. Pero si tiene cualquier otra base más física debe ser tratado bajo un epígrafe aparte.
Un problema similar se llama trastorno de aversión sexual. Una persona con este problema tiene una ansiedad considerable, miedo, o sentimientos desagradables relacionados con el contacto genital, tanto en aspectos generales como específicos del sexo como el olor o las secreciones. Ambos problemas se encuentran más a menudo en personas que crecieron en hogares donde el sexo era considerado malo o sucio.
El trastorno de la excitación sexual femenina es la incapacidad para excitarse, especialmente evidenciada por las adecuadas respuestas físicas como la lubricación. Sobre el 19 % de las mujeres sufren este desorden, de forma que no es raro. Por supuesto, en el siglo XIX esto era precisamente lo que se esperaba de una mujer.
La versión masculina de este trastorno se llama trastorno de la erección masculina, la habilidad para lograr y mantener una erección adecuada. Sobre el 10 % de los hombre tienen este problema.
Además hay tres problemas relacionadoas con el orgasmo. Sobre el 24 % de las mujeres sufre el trastorno orgásmico femenino, el cual implica un largo retardo o ausencia del orgasmo después de una excitación sexual normal. El paralelo masculino de llama trastorno orgásmico masculino, y es un problema que afecta a un 8 % de los hombres.
Bastante más común es la eyaculación precoz, la cual es una cuestión de eyacular después de solo una mínima cantidad de estimulación sexual. Esto es muy común en los chicos jóvenes, especialmente en su primeras relaciones sexuales.
esafortunadamente, cerca del 29 % la sufren. De nuevo, es un fenómeno cultural interesante: hay muchas culkturas que consideran perfectamete normal tener un orgasmo poco después de la penetración. En la Irlanda del siglo XIX, alguna gente lo consideraba lo apropiado, para no hacer a la mujer sufrir la indignidad del sexo demasiado largo.
El dolor durante el sexo es, por supuesto,inoportuno cualquiera que sea la cultura. La dispaurenia es el dolor genital asociado con la relación sexual. A pesar de que puede sentirse también por los hombres, es bastante más común entre las mujeres, el 14 % de las cuales lo sufre.
Un problema particularmente doloroso es el vaginismo. Mientras que las contracciones de la vagina son una parte normal del sexo, algunas mujeres sufren de contracciones intensamente dolorosas que les previenen totalmente de disfrutar de la sexualidad. Afortunadamente, es rara.
La mayoría de los problemas precedentes pueden también tener otras causas. Entre las condiciones médicas que pueden causar disfunción sexual están el MS, la diabetes, desordenes del tiroides, glándulas adrenales, y la pituitaria, problemas de presión sanguínea y corazón, infecciones genitales y complicaciones post-quirúrgicas. Muchas drogas recreativas causan problemas sexuales, incluyendo al alcohol, anfetaminas, cocaína, opiáceos, sedantes, etc. Entre los medicamentos que se prescriben que tienen efectos sexuales negativos se encuentran los anti-ansiogenos, antidepresivos, medicamentos para la tensón sanguínea, epilepsia y esteroides.
Parafilias
Una parafilia (del griego, “más allá del amor”) es un desorden que implica deseos y comportamientos asociados con estímulos inusuales. Los psicólogos de nuevo no están interesados en la gente que simplemente tiene fantasias sobre estas cosas – no a no ser que las realicen y molesten a otras personas o les molesten a sí mismos.
El primer grupo de parafilias son aquellas que molestan a otros (incluida a la ley) más que a la persona que tiene el problema:
Exhibicionismo es cuando a una persona le gusta exponer sus genitales, pechos o nalgas a los extraños. El término usual para esta gente es exhibicionista (flasher en inglés). La mayoría son hombres, aunque hay un considerable número de mujeres también.
El voyeurismo
(de la palabra francesa “voyeur”, mirón) es una cuestión
de observar en secreto a otros desnudarse o realizar actos sexuales.
El frotteurismo (de la
palabra fancesa “frotteur”, aquel que se frota) se aplica a aquellos
que tocan y se frotan contra otras personas en la calle, en autobuses o
trenes llenos, y sitios parecidos. De nuevo, la mayoría son
hombres, aunque en Japón, por ejemplo, es común entre las
mujeres también.
En los tres casos, la persona que hace la acción se siente excitada y normalmente se masturba. Se puede notar como estos se ensombrecen en comportamientos que no son considerados patológicos: no es considerado voyeurismo, por ejemplo, cuando ves a un/una stripper o pornografía. Ni se considera exhibicionismo si te quitas la ropa o realizas actividades sexuales para el placer visual de otros con una base profesional.
Quizá la parafilia más común es el fetichismo (del portugués “fetico”, que significa “encantado”) un termino acuñado por el inventor del test de inteligencia, Alfred Binet. El fetichismo consiste en sentirse excitado por ciertos objetos, la mayoría artículos de vestir comunes como la ropa interior, medias, zapatos, etc. También hay otros muchos fetiches inusuales, que dejaremos a vuestra imaginación.
Hay algo llamado travestismo fetichista, que consiste en vestirse con la ropa del sexo opuesto para la estimulación sexual (Esto no es lo mismo que el travestismo asociado con desordenes de la identidad de género).
El fetichismo es probablemente aprendido por la asociación del objeto con el placer sexual, especialmente durante la masturbación. Como uno puede esperar, el fetichismo se encuentra más en hombres que en mujeres y normalmente empieza en los años de adolescencia temprana.
También hay otros desordenes más dramáticos por las consecuencias (incluso legales) que pueden acarrear, como el sadomasoquismo, la zoofilia o la pedofilia. Las trataremos en otra ocasión.