Historia del Budismo
Dr. C. George Boeree
Shippensburg University
Traducción: José
Silvestre Montesinos
Poco
tiempo después de la muerte de Buda o parinirvana, 500 monjes se reunieron en
el primer concilio en Rajagrha, bajo el liderazgo de Kashyapa. Upali recitó el
código monástico (Vinaya) tal como lo recordaba. Ananda, el primo de Buda,
amigo y discípulo favorito -¡y un hombre de una memoria prodigiosa!- recitó las
lecciones de Buda (los Sutras). Los monjes debatieron sobre algunos detalles y
votaron las versiones finales de éstos. Entonces se las hicieron aprender de
memoria a otros monjes, para que pudieran ser traducidas en las muchas lenguas
de las llanuras de la India. Hay que hacer notar que el Budismo se mantuvo como
tradición oral durante 200 años.
Pocos siglos
después, la unidad original del Budismo empezó a fragmentarse. La más
importante escisión ocurrió tras el segundo concilio, que tuvo lugar en
Vaishali cien años después del primero. Después de los debates entre un grupo
más liberal y otro más tradicionalista, el grupo liberal abandonó el lugar
designándose a ellos mismos como los Mahasangha -"el gran sangha"-.
Este grupo evolucionaría hasta convertirse en la tradición Mahayana del Norte
de Asia.
Los
tradicionalistas, ahora conocidos como Sthaviravada o "el camino de los
mayores" (en Pali,
Theravada), desarrollaron un complejo entramado de ideas filosóficas que iban
más allá de las enunciadas por Buda. Éstas fueron recogidas en el Abhidharma o
"enseñanzas superiores". Pero éstas, a la vez, provocaron
discrepancias, de modo que, una tras otra, las facciones discrepantes fueron
abandonando el redil. Finalmente se crearon 18 escuelas, cada una con su propia
interpretación sobre algunos temas y se esparcieron por toda la India y el
Sureste Asiático. En la actualidad, tan solo sobrevive la escuela Theravada
procedente de Sri Lanka.
Ashoka
Uno de los
sucesos más significativos en la historia del Budismo es el encuentro casual
entre el monje Nigrodha y el emperador Ashoka Maurya. Ashoka, sucesor de su
padre tras una sangrienta lucha de poder en el 268 AC, se encontraba
profundamente alterado por la matanza que había causado al sofocar una revuelta
en el país de los Kalingas. El encuentro con Nigrodha llevó al emperador Ashoka
a convertirse en un devoto de la paz. Por orden suya, miles de monolitos con
las palabras de Buda fueron erigidos, siendo ésta la primera evidencia escrita
(en lengua brahmi) del Budismo. El tercer concilio se celebró en Pataliputra,
la capital del imperio de Ashoka.
Existe una
historia que habla de un chico muy pobre que, al no tener nada que ofrecer a
Buda como presente, recogió un puñado de polvo e inocentemente se lo ofreció.
Buda sonrió y lo aceptó con la misma deferencia con que había aceptado los
presentes de unos ricos admiradores. Ese chico, se dice, se reencarnó como el
emperador Ashoka.
Ashoka envió
misioneros por toda la India y el extranjero. Algunos llegaron hasta Egipto,
Palestina y Grecia. San Orígenes menciona incluso que podrían haber alcanzado
Gran Bretaña. Los griegos de uno de los reinos de Alejandro del norte de la
India se convirtieron al Budismo, después de que el rey Menandros (en Pali:
Milinda) fuera convencido por un monje llamado Nagasena (esta conversación fue
inmortalizada en el Milinda Pañha). Un rey Kushan del norte de la India llamado
Kanishka también fue convertido, y se celebró un concilio en Cachemira
alrededor del año 100 DC. Los Budistas griegos que asistieron grabaron los
Sutras en placas de cobre que, desgraciadamente, nunca fueron recuperadas.
Es interesante
hacer notar que existe un santo entre los cristianos ortodoxos llamado
Josaphat, un rey indio cuya historia es esencialmente idéntica a la de Buda. Se
piensa que Josaphat es una distorsión de la palabra Bodhisattva.
Sri Lanka y Theravada
El emperador
Ashoka envió a uno de sus hijos, Mahinda, y una de sus hijas, Sanghamitta,
ambos monje y monja, a Sri Lanka (Ceilán) hacia el año 240 AC. El rey de Sri
Lanka, Devanampiyatissa, los recibió y fue convertido. Uno de los regalos que
ellos llevaban consigo era una de las ramas del árbol de la iluminación, que
fue transplantado con éxito. Los descendientes de esta rama todavía pueden ser
observados en la isla.
El cuarto
concilio tuvo lugar en Sri Lanka, en la Cueva de Aloka, en el siglo primero AC.
En esta ocasión, y por primera vez, todos los sutras fueron grabados en hojas
de palma en la lengua Pali. Éstos se convirtieron en el Canon Pali Theravada,
del que proviene gran parte de nuestro conocimiento sobre el Budismo. También
se le llama el Tripitaka (en Pali: Tipitaka), o los tres cestos: Las tres secciones del Canon son el
Vinaya Pitaka (las leyes monásticas), el Sutta Pitaka (las palabras de Buda), y
el Abhidamma Pitaka (las reflexiones filosóficas).
En honor a la
verdad, debemos reconocer a los monjes de Sri Lanka el haber salvado la
tradición Theravada. Aunque durante algún tiempo ésta se extendió por toda la
India y el Sudeste Asiático, casi desapareció totalmente debido a la
competencia del Hinduismo y el Islam, así como por la guerra y el colonialismo.
Los monjes Theravada difundieron su tradición desde Sri Lanka hasta Birmania,
Tailandia, Malasia, Camboya y Laos, y desde estos países hacia Europa e incluso
más al Oeste.
Mahayana
La escuela
Mahayana comenzó en el siglo primero AC., como una evolución de la rebelión
Mahasangha. Sus actitudes más liberales hacia la tradición monástica
permitieron a la comunidad laica un relieve mayor en la naturaleza del Budismo.
Para bien o para mal, las necesidades simples del ciudadano corriente eran más
fáciles de satisfacer por los Mahayanistas. Por ejemplo, la gente estaba
acostumbrada a dioses y héroes. Así, la doctrina Trikaya (tres cuerpos) se hizo
realidad: no sólo era Buda un hombre que había logrado iluminarse, también era
representado en forma de dios en varios atractivos cielos, así como por el
propio Dharma, el Shunyata (vacío), o la mente del Buda, en función de hacia
qué clase de interpretación estuviéramos dirigiendo nuestra mirada, ¡una
especie de Padre, Hijo y Espíritu Santo Budistas!
Más decisiva
fue, en cualquier caso, la importancia creciente de la figura del Bodhisattva.
Un Bodhisattva es alguien que ha alcanzado la iluminación, pero que elige
permanecer en este mundo del Samsara para llevar a otros hacia la iluminación.
Es en gran medida como la figura de un santo, un héroe espiritual al que la
gente puede admirar y rezar.
Con las nuevas
ideas llegaron nuevas escrituras. Se les llamó también Sutras y se le atribuyen
a menudo al propio Buda, a veces como transmisiones especiales que se supone
que Buda pensó que eran demasiado difíciles para sus oyentes originales, y por
tanto fueron guardadas hasta que los tiempos fueran más propicios. Los más
significativos de estos Sutras son los siguientes:
Prajñaparamita
o Perfección de la Sabiduría,
una enorme colección de textos a menudo esotéricos, incluyendo los famosos
Sutra del Corazón y el Sutra del Diamante. De hecho, la primera pieza impresa
de la que se tiene noticia en el mundo es una copia del Sutra del Diamante,
impresa en China en el 868 DC.
Suddharma-pundarika
o el Loto Blanco del
Dharma Verdadero, también bastante esotérico, incluye el Avalokiteshwara Sutra,
una oración a ese Bodhisattva.
Vimalakirti-nirdesha o la Explicación de Vimalakirti, son
historias y enseñanzas sobre el cabeza de familia iluminado Vimalakirti.
Shurangama-samadhi
o el Sutra del Héroe,
proporciona una guía hacia la meditación, el shunyata y el bodhisattva. Es muy
popular entre el Budismo Zen.
Sukhavati-vyuha
o el Sutra de la Tierra
Pura, es el Sutra más importante para las escuelas del Budismo de la Tierra
Pura. Buda habla a Ananda sobre el Amitabha y su Tierra Pura o cielo, y cómo
uno puede renacer allí.
Hay muchos,
muchos más. Por último, Mahayana está basado en dos nuevas interpretaciones
filosóficas del Budismo: Madhyamaka y Yogachara.
Madhyamaka
Madhyamaka significa la "vía media". Recordaréis que el propio Buda llamó a su camino la vía media en su primer sermón. Él quería expresar, en aquel tiempo, la vía media entre los extremos del placer hedonista y el ascetismo extremo. Pero también podría haberse referido a la vía media entre las filosofías rivales del eternalismo y el aniquilamiento (la creencia de que el alma es eterna o de que el alma se aniquila tras la muerte). O entre materialismo y nihilismo... Un monje indio de nombre Nagarjuna tomó esta idea y la desarrolló para crear una filosofía que sería conocida como Madhyamaka, en un libro llamado el Mulamadhyamaka-karika, escrito hacia el 150 DC.
Este libro es básicamente un tratado de argumentos lógicos, y concluye diciendo que nada es absoluto, que todo es relativo, que nada existe por sí mismo y que todo es interdependiente. Todos los sistemas, empezando por la idea de que cada cosa es lo que es y no otra cosa distinta (el principio aristotélico del "tercero excluido": entre la verdad y la falsedad no existe una tercera posibilidad), terminan contradiciéndose a sí mismos. La lógica rigurosa, en otras palabras, le conduce a uno más allá de cualquier sistema, hasta llegar al concepto de shunyata.
Shunyata significa vacío. Esto no quiere decir que nada
exista. Quiere decir que nada existe en sí mismo, sino sólo como parte de una
red universal de seres. Esta idea se convertiría en un concepto central en
todas las ramas Mahayana. Por supuesto, ¡se trata de una reformulación de
conceptos centrales del Budismo tales como anatman, anitya y dukkha!
Yogachara
La segunda innovación filosófica, Yogachara, se le
atribuye a dos hermanos, Asanga y Vasubandhu, que vivieron en la India en el
300 DC. Ellos dieron forma a movimientos previos que iban encaminados hacia una
filosofía de corte idealista llamada chitta-matra. Chitta-matra significa
literalmente sólo mente. Asanga y Vasubandhu creían que todo lo que existe es
mente o conciencia. El mundo físico no es más que una proyección de nuestra
mente, una ilusión o alucinación, por decirlo de algún modo. Para deshacernos
de esta ilusión, debemos meditar, lo que para la escuela Yogachara significa la
creación de la conciencia pura, vaciada de todo contenido. De ese modo,
abandonamos los engaños de nuestras mentes individuales y nos unimos a la mente
universal, la mente del Buda.
Tantra
La última innovación fue menos filosófica y bastante más práctica: el Tantra. El tantra se refiere a ciertos escritos que tratan no de lindezas filosóficas, sino de una forma básica de alcanzar la iluminación, y no en varios renacimientos, sino ¡aquí y ahora!
Para cumplir esta proeza, se necesitan ciertos métodos dramáticos que, para el no iniciado, pueden resultar bastante extraños. El tantra es el dominio del siddhu, el experto, alguien que conoce los secretos, un mago en el camino a la iluminación. El tantra implica el uso de varias técnicas, incluyendo los bien conocidos mandalas, mantras y mudras. Los mandalas son pinturas u otro tipo de representaciones de la conciencia elevada, usualmente en forma de un patrón circular de imágenes, que servirán de foco para dirigir la meditación a un solo punto. Los mantras son palabras o frases que sirven al mismo propósito, tales como el famoso "Om mani padme hum". Los mudras son posiciones de la mano que simbolizan ciertas cualidades de la iluminación.
Menos conocidos son los yidams. Un yidam es la imagen de un dios, diosa u otro ser espiritual, ya sea representado físicamente o, más comúnmente, imaginado con claridad en la mente. De nuevo, éstos representan cualidades arquetípicas de la iluminación y la meditación focalizada en estas imágenes complejas conduce al adepto a alcanzar su meta.
Estas ideas tendrían un impacto enorme entre los Mahayana. De cualquier modo, no están libres de críticas: los Madhyamaka son a menudo censurados por no ser más que un juego de palabras y los Yogachara por reintroducir el atman, el alma eterna o esencia, en el Budismo. El tantra ha sido criticado sobre todo por su énfasis en los métodos secretos y su fuerte devoción hacia la figura del gurú. Sin embargo, todas estas innovaciones condujeron a un renovado flujo de actividad en la primera mitad del primer milenio, facilitando el florecimiento del tipo de Budismo que podemos encontrar ahora en China, Tibet, Japón, Corea, Vietnam y en otras partes del Este de Asia.
China
Cuenta la leyenda que el emperador chino Ming Ti tuvo un sueño que le llevó a enviar a sus agentes por la Ruta de la Seda (la vieja ruta comercial entre China y el Oeste) para descubrir su significado. Los agentes volvieron con una imagen de Buda y una copia del Sutra en 42 secciones. Este Sutra ese convertiría, en el año 676 DC, en el primero de muchos en ser traducido al chino.
La primera comunidad Budista de la china se cree que se estableció en Loyang, por gente venida del extranjero en el año 150 DC., durante la dinastía Han. Solo 100 años más tarde, emergió allí un Sangha nativo chino. Y durante el Período de la Desunión (o la Era de la Lucha de los Estados, del 220 al 589 DC.) el número de monjes y monjas budistas ¡se incrementó hasta llegar a ser alrededor de dos millones! Aparentemente, los tiempos inciertos y la miseria de las clases bajas fueron una tierra fértil para las tradiciones monásticas del Budismo.
El Budismo no llegó a una tierra inocente en términos de religión y filosofía, por supuesto. China, de hecho, poseía tres corrientes principales de pensamiento que competían entre sí: Confucionismo, Taoísmo y la religión popular. El Confucionismo es esencialmente una filosofía político-moral, que comprende una compleja guía para las relaciones humanas. El Taoísmo es una filosofía de vida que implica la vuelta a un modo de vida más simple y "natural". Y la religión popular, o con más propiedad, las religiones populares, consisten en un rico acerbo de mitologías, supersticiones, astrología, la lectura de vísceras, magia, medicina popular, y demás. (Por favor, quiero que se entienda que me veo obligado a simplificar aquí: ¡ciertamente el Confucionismo y el Taoísmo son tan sofisticados como el Budismo!).
Aunque estas diversas corrientes a menudo competían entre
sí y con el Budismo, también se influenciaban unas a otras, enriqueciéndose y
entrelazándose entre sí. Con el paso del tiempo, el Mahayana de la India se
convirtió en el Mahayana de la China y, más tarde, de Corea, Japón y Vietnam.
Tierra Pura
El primer ejemplo históricamente hablando es el Budismo de la Tierra Pura (Ching-T’u, japonés: Jodo). Los campesinos y los trabajadores de la China estaban acostumbrados a dioses y diosas, a rezar para que lloviera o para tener buena salud, a preocuparse por el cielo y el infierno y ese tipo de cosas. No fue necesario un gran cambio para encontrar en la cosmología y teología Budistas las bases para una tradición religiosa que satisficiera esas necesidades y hábitos, y les proporcionara a la vez unos fundamentos filosóficos complejos.
La idea predominante en este período es la de un período inferior o de retroceso (tradicional en China), y condujo por tanto a la idea de que las personas no eran capaces de alcanzar la iluminación por sus propias fuerzas, sino que dependían de la intercesión de seres elevados. El trascendente Buda Amitabha y su paraíso a la manera occidental ("Tierra Pura"), presentado en el Sukhavati-vyuha Sutra, se ajustan a la perfección a este concepto.
Ch'an
Otra escuela que iba a ser particularmente influida por el pensamiento chino fue la Escuela de Meditación (Dhyana, Ch’an, Son o Zen). La tradición sitúa la llegada a China del monje indio Bodhidharma alrededor del 520 DC. Se dice que fue Bodhidharma, que traía consigo la Transmisión Silenciosa, el que se convirtió en el Primer Patriarca de la escuela Ch’an en China:
Desde el principio, Buda había tenido reservas sobre su habilidad para comunicar su mensaje a la gente. Las palabras no podían contener un mensaje tan sublime. Así que, en una ocasión, mientras a su alrededor los monjes esperaban un sermón, él permaneció en silencio sin decir nada. Tan solo tomó una flor en sus manos. Los monjes, por supuesto, estaban confundidos, excepto Kashyapa, que comprendió y sonrió. Buda le devolvió la sonrisa y así fue como empezó la Transmisión Silenciosa.
El Budismo Zen se centra en desarrollar la conciencia inmediata de la mente-del-Buda a través de la meditación sobre el vacío. Es conocido por su rechazo a los textos y a la palabra hablada y a veces por sus burdas payasadas. Debe entenderse, en cualquier caso, que hay un gran respeto hacia Buda, el Dharma y el Sangha, incluso cuando se muestran ostensiblemente ignorantes, burlones o completamente caóticos.
El Zen ha contribuido con su propia literatura al crisol del Budismo, incluyendo el Sutra del Estrado (Platform Sutra), escrito por Hui Neng, el Sexto Patriarca, hacia el 700 DC., la Crónica del Acantilado Azul (Blue Cliff Record), escrita hacia el 1000 DC. y la Puerta sin Entrada (Gateless Gate), escrita hacia el 1200 DC. Y no deberíamos olvidar los famosos Diez Dibujos de la Doma del Buey (Ten Ox-Herding Pictures) que muchos consideran que contienen la mejor esencia del mensaje Zen.
El Florecimiento de las Escuelas
Durante la dinastía Sui (581-618) y la dinastía T’ang (618-907), el Budismo chino experimentó lo que suele denominarse como la etapa del "Florecimiento de las Escuelas". Las inspiraciones filosóficas de los Madhyamaka y los Yogachara, así como de la Tierra Pura y los Sutras Ch’an, en su interacción con las ya de por sí complejas filosofías del Confucionismo y Taoísmo, condujeron a un pujante renacimiento en el pensamiento religioso y filosófico.
Podemos hablar de la Escuela Realista, basada en la máxima de que "todas las cosas existen" de la Escuela Hinayana; la escuela de los Tres Tratados, basada en el Madhyamaka; la Escuela Idealista, basada en el Yogachara; la escuela Tántrica; la Escuela de los Adornos Florales (Hua-Yen, japonés: Kegon), que intentó consolidar la variedad de las formas; y la Escuela del Loto Blanco (T’ien-T’ai, japonés: Tendai), que se focalizaba en el Sutra del Loto.
Todas las Escuelas Chinas tuvieron sus equivalentes en los países vecinos. Corea desarrolló su propia y poderosa forma de Ch’an llamada Son. Vietnam desarrolló una forma de Ch’an que incorporaba aspectos de la Tierra Pura e Hinayana. Pero fue en Japón donde verdaderamente triunfó el Budismo Chino, a la vez que serviría de puente para su llegada a los Estados Unidos.
Japón
De nuevo, comenzaremos con la leyenda: Una delegación llegó desde Corea con presentes para el emperador del Japón en el 538 DC., incluyendo un Buda de bronce y varios Sutras. Por desgracia, una plaga llevó al emperador a pensar que los dioses tradicionales del Japón se habían molestado por ello, ¡así que arrojó los presentes al canal! Pero la corte imperial de los años 600, en su constante esfuerzo de ser tan sofisticados como la corte del país vecino, China, continuaron interesados en el Budismo.
Aunque comenzó siendo una religión de las clases elevadas, en los años 900, Tierra Pura entró en escena como la favorita de los campesinos y trabajadores. Y alrededor del 1200, Ch’an, redenominada Zen, llegó al Japón, donde fue adoptada de modo entusiasta por, entre otros, la clase guerrera o Samurai.
El Zen fue introducido en el Japón por dos monjes especialmente inteligentes que habían ido a China para educarse: Eisai (1141-1215) que trajo el Lin-chi (japonés: Rinzai) Ch’an, con sus koans y sus a veces terribles bufonadas; Dogen (1200-1253) que trajo el más calmado Ts’ao-tung (japonés: Soto) Ch’an. Además, Dogen es particularmente admirado por su impresionante tratado, el Shobogenzo.
El Ch’an siempre tuvo una parte artística importante. En China y en otros países se desarrolló entre los monjes un estilo sencillo pero elegante de escritura y pintura. En Japón, llegó a convertirse en un aspecto muy influyente del Zen. Tenemos, por ejemplo, la poesía, caligrafía y las pinturas de varios monjes: Bankei (1622-1698), Basho (1644-1694), Hakuin (1685-1768), y Ryokan (1758-1831), que han llegado a ser admirados internacionalmente.
Una última innovación japonesa se le atribuye generalmente a un monje poco ortodoxo llamado Nichiren (1222-1282). Habiendo sido entrenado en la tradición Tendai o del Loto Blanco, llegó a la creencia de que el Sutra del Loto tenía todo lo que era necesario para una vida Budista. Más que eso, ¡creía que incluso el solo nombre del Sutra era suficiente! Así que animó a sus estudiantes a recitar este mantra: Namu-myoho-renge-kyo, que significa "Homenaje al Sutra del Loto". Esta única práctica aseguraría la iluminación en esta vida. De hecho, insistía, todas las otras formas de Budismo servían de bien poco. No hace falta decir que esto no era bien visto por los poderes budistas de aquel tiempo, así que pasó el resto de su vida en un aislamiento relativo. Sin embargo, ¡la Escuela Nichirena ha demostrado ser una de las formas de Budismo con más éxito en el mundo!
Tibet
Finalmente, pongamos nuestra atención en el lugar más misterioso de la historia del Budismo, el Tibet. Su primer encuentro con el Budismo se produjo alrededor del 700 DC., cuando un maestro tántrico, el Gurú Rinpoché, llegó de la India para luchar contra los demonios del Tibet. Los demonios fueron derrotados, pero permanecieron para siempre como parte del Budismo Tibetano, ¡como sus protectores!
Durante los siglos 800 y 900, el Tibet atravesó una "Era de oscuridad", en la cual el Budismo sufrió un retroceso. Pero en el siglo 1000, volvió con fuerza. Y en 1578, los jefes Mongoles denominaron al líder de la Escuela Gelug el Dalai Lama, que significa "gurú tan grande como el océano". El título se concedió de forma retroactiva a dos jefes anteriores de la escuela. El quinto Dalai Lama es célebre por haber conseguido reunir todo el Tibet bajo su control político y religioso.
El linaje continúa hasta el presente con el 14º Dalai Lama, Tenzin Gyatso, nacido en 1935. En 1989, se le concedió el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en nombre de su pueblo y nación, que fueron conquistadas por la China comunista en 1951.
Occidente
No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando el Budismo empezó a ser conocido en Occidente. Los grandes imperios coloniales europeos atrajeron la atención de sus intelectuales por las antiguas culturas de la India y China. Los estudiosos empezaron a aprender las lenguas asiáticas y a traducir sus textos. Los aventureros exploraron lugares antes prohibidos y dejaron constancia de sus culturas. Los entusiastas de las religiones apreciaron el tono místico y exótico de las tradiciones asiáticas.
En Inglaterra, por ejemplo, surgieron muchas sociedades para devotos de "lo Oriental", como la Pali Text Society (Sociedad de Textos Pali) de T.W. Rhys Davids y la Buddhist Society (Sociedad Budista) de T. Christmas Humphreys. También se publicaron libros como el poema épico The light of Asia (La luz de Asia) de Sir Edwin Arnold (1879). Y se conocieron los primeros monjes occidentales, como Allan Bennett, quizá el primero, que tomó el nombre de Ananda Metteya. También en Alemania y Francia, el Budismo hacía furor en aquel tiempo.
En los Estados Unidos había una similar corriente de interés. En primer lugar, miles de inmigrantes chinos estaban llegando a la costa oeste a finales del siglo XIX como mano de obra barata para la construcción de las líneas de ferrocarril y otras industrias en expansión. También, en la costa este, los intelectuales leían los libros sobre Budismo escritos por los europeos. Un ejemplo fue Henry Thoreau, quien, entre otras cosas, tradujo al inglés la traducción francesa de un Sutra Budista.
Durante la Segunda Guerra Mundial se volvió a renovar el interés, ya que muchos budistas asiáticos (como el escritor Zen D.T. Suzuki) llegaron a Inglaterra y los Estados Unidos, y muchos budistas europeos (como el escritor Zen Alan Watts) llegaron a los Estados Unidos. Como estos ejemplos sugieren, el budismo Zen era bastante popular, especialmente en los EE.UU., donde llegó a asociarse con el movimiento artístico y literario de los Beatnik, denominándose "Beat Zen".
Uno tras otro, los europeos y americanos que estudiaban en Asia volvían repletos de conocimientos y fundaban monasterios y sociedades. También los maestros asiáticos venían a Europa y América a fundar monasterios, mientras que los inmigrantes asiáticos de China, Japón, Vietnam y otros países, tranquilamente continuaban con sus prácticas budistas.
En la actualidad, se cree que hay más de 300 millones de budistas en todo el mundo, incluyendo al menos un cuarto de millón en Europa y medio millón en cada una de las dos Américas (Norte y Sur). Digo "al menos" porque otras estimaciones llegan a los tres millones ¡sólo en los EE.UU.! Cualesquiera que sean las cantidades, el Budismo es la cuarta religión del mundo en número de fieles, tras el Cristianismo, el Islam y el Hinduismo. Y, aunque ha sufrido considerables retrocesos a lo largo de los siglos, parece que cada día atrae a más gente, ya sea como religión o como filosofía de vida.
Fuentes (en inglés)
Snelling, John (1991). The
Buddhist Handbook.
Rochester, VT: Inner Traditions.
The Encyclopedia of
Eastern Philosophy and Religion (1994). Boston: Shambhala.
The Encyclopaedia Britannica CD (1998). Chicago: Encyclopaedia Britannica.