Morfología
Dr. C. George Boeree
Traducción al Español: Claudio Fuenzalida
Morfología es, obviamente, el estudio de los morfemas.
Los morfemas pueden ser palabras, raíces de palabras (lexemas),
afijos, desinencias, adjetivos, adverbios, alteraciones
fonéticas, etc.; son básicamente la unidad del lenguaje
después del fonema. Aunque a menudo son entendidos como unidades
de significado, son comúnmente considerados una parte de la
sintaxis o gramática del lenguaje. Este capítulo se
centrará específicamente en los morfemas gramaticales.
En la morfología de las lenguas es donde más claramente
se diferencian las lenguas que son aislantes (tales como el Chino,
Indonesio, Krewol, etc.), aglutinantes (tales como el Turco,
Finés, Tamil, etc.) y los que son flexivos (tales como el
Castellano, Ruso, Latín, Árabe, etc.). Las lenguas que
son aislantes usan morfemas gramaticales que son palabras separadas.
Las lenguas aglutinantes usan morfemas gramaticales en forma de
sílabas adjuntadas llamadas afijos. Las lenguas flexivas van un
paso más allá y de hecho cambian las palabras a nivel de
los fonemas para expresar morfemas gramáticos.
Todas
las
lenguas son en verdad sistemas mezclados, siendo todo, en
definitiva, un asunto de proporciones. El idioma Inglés, por
ejemplo, usa los tres métodos: para formar el tiempo futuro de
un verbo, se usa la partícula will (I will see you); para formar
el tiempo pasado, generalmente se usa el afijo -ed (I changed it); pero
en muchas palabras, se cambia la palabra para formar el pasado (I see
it se convierte en I saw it). En cuanto a los sustantivos, el plural a
veces se forma con una partícula (three head of cattle), a veces
con un afijo (three cats), y a veces cambiando la palabra (three men).
Sin embargo, en tanto el Inglés todavía usa un
montón de afijos no-silábicos (tales como -ed, usualmente
pronunciado como d o t, y –s, usualmente pronunciado como s o z,
dependiendo del contexto), aún es considerado como una lengua
flexiva por la mayoría de los lingüistas.
Afijos
La mayoría de las lenguas, aunque especialmente las lenguas
aglutinantes y las flexivas, diferencian entre la raíz de la
palabra (lexema), la cual transporta el significado básico, y
varios afijos que transportan un significado adicional y a menudo
gramatical. Existen diferentes tipos de afijos:
Sufijos:
son adjuntados al final del lexema;
Prefijos: son adjuntados al
comienzo del lexema;
Infijos: se sitúan en
medio de la palabra;
Reduplicación: doblar
una silaba para implicar un significado extra.
El
Ablaut (alternación
vocálica) a diferencia de los afijos - que constituyen flexiones
externas – los ablauts son cambios que se producen en el interior de
una palabra para señalar diferencias gramaticales.
La lengua turca es un ejemplo de lengua aglutinante que hace un uso
extensivo de sufijos (los afijos más usados por diferentes
lenguas). Un ejemplo interesante encontrado en internet (Learning
Practical Turkish) es la palabra terbiyesizliklerindenmis:
Buenos
modales
|
terbiye
|
Sin
buenos
modales, vulgar
|
terbiyesiz
|
Vulgaridad
|
terbiyesizlik
|
Su
(de ellos)
vulgaridad
|
terbiyesizlikleri
|
Desde
su
vulgaridad
|
terbiyesizliklerinden
|
Me
imagino que
se debi— a su vulgaridad
|
terbiyesizliklerindenmis
|
Es necesario
hacer notar que una lengua no necesita necesariamente ser aglutinante
para tener palabras largas. El Alemán, por ejemplo, tiene la
palabra
Rindfleischetikettierungsüberwachungsaufgabenübertragungsgesetz,
y el Inglés tiene la palabra especializada
Pneumonoultramicroscopicsilicovolcanoconiosis.
Aunque las lenguas que usan prefijos son un poco más raras, al
parecer se estarían expandiendo.
El Ablaut es común en Inglés y en sus primos
germánicos. Por ejemplo, el tiempo pasado de sing es sang, y el
pasado participio es sung. El plural de goose es geese.
El Ablaut parece venir de sufijos usados anteriormente que
influenciaron la pronunciación de la vocal, y luego
desaparecieron al transcurrir el tiempo. Goose-geese alguna vez fue
gos-gese, y antes de eso fue gos-göse, y antes de eso fue
gos-gose. El sufijo plural -e causó el cambio de la vocal
o a ö y luego a e.
Los infijos son mejor ilustrados por las lengua semíticas, tales
como el Árabe. Muchas palabras en Árabe están
compuestas de tres consonantes, y muchas de las variaciones
gramaticales son producidas alterando las vocales al medio, antes y
después de estas consonantes.
Por ejemplo, la raíz de escribir es ktb:
escribir
|
kataba
|
escribiendo
|
kaatib
|
un
libro
|
kitaab
|
libros
|
kutub
|
autor
|
kattaab
|
Tal vez, miles de años atrás, algunas personas empezaron
a generalizar desde los ablauts – como si empezáramos a decir
pan-pen (en vez de pan-panes), siguiendo el ejemplo inglés de
man-men.
El Irlandés (y otras lenguas Celtas, tales como el
Gaélico, Galés (Welsh) y Bretón) son inusuales en
tanto son las consonantes las que cambian en variadas situaciones, en
vez de las vocales (nota que th es pronunciado h, dt es pronunciado d,
ea es a, y bh es v):
|
|
Casa
|
Departamento
|
|
|
teach
|
árasán
|
Mi
|
mo
|
mo
the ach
|
m'árasán
|
Tu
|
do
|
do
theach
|
d'árasán
|
Su
(de Žl)
|
a
|
a
theach
|
a
árasán
|
Su
(de ella)
|
a
|
a
teach
|
a
hárasán
|
Nuestro
|
ar
|
ar
dteach
|
ar
n-árasán
|
Su
(de uds.)
|
bhur
|
bhur
dteach
|
bhur
n-árasán
|
Su
(de ellos)
|
a
|
a
dteach
|
a
n-árasán
|
Sustantivos
Sustantivos son aquellas palabras que nombran o denotan una
persona, cosa, acción o cualidad. Son palabras de “cosas” –
aunque estas “cosas” pueden incluir todo tipo de ideas abstractas que
pueden parecer más verbos o adjetivos. En varias lenguas, son
marcadas por afijos o partículas de acuerdo a su número,
género, artículo y, especialmente, casos.
Los
artículos pueden
indicar si estamos hablando de una cosa o evento específico,
conocido por los hablantes (artículos definidos), o acerca de
algo menos definido, como cualquier cosa antigua, o algo no
específico (artículos indefinidos).
En Castellano, el artículo se hace definido con los
artículos el, los (masculino), la, las (femenino) y lo (neutro).
También puede ser marcado por otras palabras, como este, ese,
mi, tu, su, etc. El sustantivo indefinido es marcado por los
artículos un, unos (masculino), una, unas (femenino), o por
palabras como dos, algunos, etc. Por otro lado, muchas lenguas no usan
artículos, tales como el Latín, Ruso, Hindi, Chino, etc.
En algunas lenguas, el sustantivo
definido
es marcado por un sufijo, tales como en Sueco, Danés,
Noruego, Islandés, Rumano, Búlgaro, Albanés, entre
otros. Las lenguas escandinavas están, por supuesto,
estrechamente relacionadas, por lo que se espera que compartan esta
característica. Pero el Rumano, Búlgaro y Albanés
sólo están lejanamente relacionados; al parecer, se
influenciaron unos con otros, o tal vez había gente viviendo en
los Balcanes en tiempos antiguos que influenciaron a estas lenguas.
El
Número se refiere,
obviamente, a la cantidad de unidades de las que estamos hablando. Hay
tres números comunes: singular, refiriéndose a una
unidad; plural, refiriéndose a más de una unidad; y un
poco menos común, está el dual, refiriéndose a dos
(usado, por Ej. En Mapudungun). Se puede apreciar la significatividad
del dual en nuestro uso de palabras como par, pareja, etc. Nuevamente,
es necesario decir que muchas lenguas no marcan el plural, mucho menos
el dual.
El aspecto más complejo de los sustantivos son los casos,
también conocidos como declinaciones. Estos se refieren a los
patrones particulares según los cuales varían la forma y
el significado de los sustantivos (número, género, etc.).
Una de sus funciones es permitir entender quién le hace
qué a quién en una oración.
¡Filósofos de la Antigua Grecia y de India ya
discutían esto hace 2.500 años! Mucha de la
terminología que aún usamos hoy fue inventada durante el
Imperio Romano, y refleja los casos usados en Latín.
El primer caso es el
Nominativo,
que puede ser descrito vagamente como el sujeto de la oración.
En muchas lenguas, es la forma básica, a veces representada por
un solo lexema. Un segundo caso es el
vocativo,
el cual es la forma usada cuando llamamos a alguien, por ejemplo, “Oh,
Claudius!”. El resto de los casos son referidos como
Oblicuo u
Objetivo. Las lenguas que hacen
muchas distinciones entre los casos oblicuos los usan de la misma forma
en que otras lenguas usan las preposiciones y postposiciones.
He aquí algunos tipos más de casos:
- Acusativo
– el objeto directo del verbo: Él lanzó la pelota.
- Dativo – el objeto
indirecto: Él se la lanzó a Orri.
- Ablativo – alejamiento con
respecto a algo: Él la lanzó desde la primera base.
- Locativo – de
localización: Estábamos en la pizzería.
- Genitivo – la forma
posesiva: Es de Pedro.
- Instrumental – en
compañía de algo: Le pegó con el palo.
- Sociativo – en
compañía de alguien: Salí con ella.
Existen muchos otros tipos de caso. Una lengua de las montañas
caucásicas llamada Tassaran tiene 48 casos de sustantivo. Sin
embargo, muchos lingüistas plantean que los casos sólo se
deberían referir a lenguas flexivas, tales como el Latín.
Lenguas aglutinantes, tales como el Finés, deberían
pensarse como poseedoras de postposiciones que son adjuntadas al
sustantivo, en tanto son lenguas muy consistentes y fáciles de
reconocer, en contraposición a los casos del Latín.
Aquí está el ejemplo de la palabra rusa “país”,
singular y plural:
|
singular
|
plural
|
nominativo
|
strana
|
strany
|
acusativo
|
stranu
|
strany
|
genitivo
|
strany
|
stran
|
dativo
|
strane
|
stranam
|
instrumental
|
stranoj
|
stranomi
|
locativo
|
strane
|
stranax
|
Esto no debería ser difícil, hasta que te des cuenta de
que existen diferentes declinaciones, y algunas excepciones
también.
Compara lo anterior con un ejemplo de la palabra man en Tamil, una
lengua Drávida del sur de India:
|
singular
|
plural
|
nominativo
|
manitan
|
manitarkal
|
acusativo
|
manitanai
|
manitarkalai
|
dativo
|
manitanukku
|
manitarkalukku
|
sociativo
|
manitanotu
|
manitarkalotu
|
genitivo
|
manitanutaiya
|
manitarkalutaiya
|
instrumental
|
manitanal
|
manitarkalal
|
locativo
|
manitanitam
|
manitarkalitam
|
ablativo
|
manitanitamiruntu
|
manitarkalitamiruntu
|
Aunque hay incluso más casos, estas terminaciones son iguales
para todos los otros sustantivos. Y nota cómo el plural se forma
sólo poniendo kal entremedio del lexema y el afijo.
El
género es tal vez la
variación del sustantivo más extraña. Es llamada
género porque está débilmente relacionada con el
sexo de las personas y animales. Muchas lenguas diferencian entre
sustantivos masculinos y femeninos, con terminaciones para cada uno, y
requiriendo diferentes formas de artículos y adjetivos junto a
ellos. Ejemplos de esto son el Español, Francés, Italiano
y Portugués.
Otras lenguas, como el Alemán, tienen tres géneros:
masculino, femenino y neutro. El género neutro presumiblemente
se refiere a cosas que no tienen género, pero no hay mucha
consistencia en esto. En Neerlandés, hay dos géneros,
además de neutro y común, este último deriva de lo
que originalmente fue masculino y femenino. Los sustantivos en
Inglés no tienen género.
Muchas lenguas fuera de la esfera europea diferencian entre lo animado
y lo inanimado, refiriéndose el primero a gente, animales,
espíritus, mientras los otros se refieren a cosas (Ej.
Mapudungun). Y hay muchas lenguas que hacen muchas diferenciaciones.
Las lenguas Bantu, por ejemplo, tienen muchas categorías de
sustantivos, tales como “cosas alargadas”, “partes del cuerpo”,
“lugares”, etc.
En Chino, hay una fuerte versión aislante (sin afijos) de esto:
cuando se quiere indicar más que una unidad de algo, se debe
usar una palabra especial llamada un clasificador nominal entre el
número y el objeto. Es análogo a la forma en que nosotros
decimos tres cabezas de ganado.
Hay aún más ejemplos de variaciones del sustantivo: los
diminutivos expresan pequeñez, y los aumentativos expresan
agrandamiento. Los diminutivos son a menudo usados para expresar
afecto, mientras los aumentativos a veces expresan peligro o maldad.
Algunas lenguas tienen una variedad de honoríficos, a menudo
sufijos o prefijos que indican estatus. La palabra japonesa –san es un
ejemplo bien sabido. También hay sufijos que indican un estatus
bajo, y en algunas lenguas hay diferentes grados de status.
Pronombres
Los Pronombres son palabras que funcionan sintácticamente como
un sustantivo, pero que, a diferencia de este, carece de contenido
léxico propio, y cuyo referente lo determina su antecedente o la
situación comunicativa. En lugar de referirse a una persona por
su nombre, usamos él o ella; en lugar de nombrar algo
repetidamente, decimos eso; los pronombres tienen muchas de las mismas
variaciones que los sustantivos, incluyendo género,
número y caso. Hay también tres personas que son
diferenciadas en la mayoría de las lenguas: la primera persona
se refiere a la persona que habla o a su grupo (Yo, Nosotros); la
segunda persona se refiere a la persona a la que se le habla o a su
grupo (Tú, Ustedes); y la tercera persona se refiere a otras
personas fuera de la conversación o a cosas (él, ella,
eso, ellos).
En Castellano, por ejemplo, la aplicación de los pronombres se
realiza de la siguiente forma:
Pronombres
personales
|
Pronombres
reflexivos
|
Sujeto
|
Complemento
preposicional
|
Complemento
Directo
|
Complemento
Indirecto
|
|
yo
|
mí
(conmigo)
|
me
|
me
|
tú
|
tí
(contigo)
|
te
|
te
|
él
|
lo,
le
|
le
(se)
|
se
|
ella
|
la
|
le
(se)
|
se
|
usted
|
lo,
la, le
|
le
(se)
|
se
|
nosotros
|
nos
|
nos
|
vosotros
|
os
|
os
|
ellos
|
los,
les
|
les
(se)
|
se
|
ellas
|
las
|
les
(se)
|
se
|
ustedes
|
los,
las, les
|
les
(se)
|
se
|
A modo de
comparación, aquí te presentamos la declinación
del pronombre indefinido alguien en Islandés:
|
|
masculino
|
femenino
|
neutro
|
singular
|
|
|
|
|
|
Nominativo
|
nokkur
|
nokkur
|
nokkurt
|
|
Accusativo
|
nokkurn
|
nokkra
|
nokkurt
|
|
Dativo
|
nokkrum
|
nokkurri
|
nokkru
|
|
Genitivo
|
nokkurs
|
nokkurrar
|
nokkurs
|
plural
|
|
|
|
|
|
Nominativo
|
nokkrir
|
nokkrar
|
nokkur
|
|
Accusativo
|
nokkra
|
nokkrar
|
nokkur
|
|
Dativo
|
nokkrum
|
nokkrum
|
nokkrum
|
|
Genitivo
|
nokkurra
|
nokkura
|
nokkura
|
En algunas lenguas, hay dos formas de la tercera persona plural: una es
inclusiva y se refiere al hablante junto al receptor (ej. nosotros
(dos) tenemos mucho en común); el otro es excluyente, y se
refiere al grupo del hablante, el cual es distinto al del receptor (ej.
nosotros vamos a derrotar a tu equipo).
También hay pronombres que reflejan una acción sobre el
mismo sujeto – apropiadamente llamados pronombres
reflexivos – tal como ocurre en el
Castellano con la palabra se.
La cortesía también es a menudo un tema dentro de los
pronombres. En muchas lenguas europeas se distingue entre una
versión familiar y otra formal de la segunda persona singular.
En francés y español, por ejemplo, uno se dirige a los
amigos ocupando el pronombre tú, mientras que a personas que de
algún modo se intenta demostrar respeto (ya sean los padres,
profesores, jefes, etc.) se usa vous y usted, respectivamente, hasta
que no se acuerde sutilmente entre las dos personas la posibilidad de
tutear. En algunas lenguas asiáticas, hay versiones
considerablemente más detalladas.
Hay otros tipos de pronombres además de los pronombres
personales. Los pronombres
demostrativos
incluyen este, ese, estos, esos, etc. Muchas lenguas tienen tres tipos
de pronombres demostrativo, uno para las cosas ubicadas cerca del
hablante, otro por las cosas cerca del oyente, y otro por las cosas
lejanas a ambos.
Los pronombres
indefinidos
incluyen palabras tales como alguien, cualquiera, muchos, etc; tal como
el artículo indefinido, estos no indican precisamente de
quién se está hablando.
Los pronombres
interrogativos
son usados para plantear preguntas: ¿quién es ese hombre?
Los pronombres
relativos son
usados para conectar un sustantivo con una frase que entrega
información más detallada acerca del sustantivo:
él es aquel a quien tú viste ayer.
Verbos
Verbos son aquellas palabras que expresan una acción realizada
por algo
o alguien, el estado de algo o alguien, un cambio de estado, o bien una
interacción entre una cosa y otra. Tal como sucede en los
sustantivos,
los verbos también presentan diversos casos.
Los verbos
transitivos son
aquellos que tienen tanto un sujeto como un
objeto: Marcelo encestó el balón. Marcelo es el sujeto y
el balón es el
objeto directo del verbo encestar. Los verbos
intransitivos son
aquellos que sólo tienen un sujeto: yo salté (no hay nada
que sea el
objeto de saltar, excepto, supongo, el salto mismo). Muchos verbos
tienen una forma intermedia llamada forma
reflexiva (verbos
pronominales), lo que significa que se hace recaer la acción del
verbo
sobre el sujeto: me lastimé; tal como muestra el ejemplo, la
forma de
los verbos reflexivos a menudo toma a un pronombre reflexivo como su
objeto.
El tema más complejo de los verbos es su conjugación. En
algunas
lenguas, es un asunto bastante simple, pero en otros existe una gran
variedad de afijos involucrados.
Muchas lenguas diferencian entre distintos
tiempos, generalmente entre
tiempo pasado, presente y futuro. Algunas lenguas también
diferencian
el tiempo de manera más detallada, tal como un tiempo inmediato,
un
tiempo próximo (cercano en el tiempo) y un tiempo distal
(distante en
el pasado o futuro). Algunas lenguas (tales como el Ruso y el
Japonés)
sólo distinguen entre el pasado y el no-pasado.
En Francés, yo canto atraviesa los siguientes cambios:
Pasado
(definido)
|
chantai
|
presente
|
chante
|
futuro
|
chanterai
|
El
aspecto del verbo (tiempo
interior de la acción) es un asunto mucho más antiguo, y
parece estar fuertemente ligado a nuestra psicología como seres
humanos. Hay tres formas de presentar el aspecto o desarrollo interno
de la acción verbal:
- Con los tiempos verbales puede indicarse si una acción es
puntual o momentánea (comí, rió, lloró) –
indicada a través del pretérito indefinido - o bien
perfectiva o acabada (he comido, habrá reído,
habías llorado) – indicada a través de todos los tiempos
compuestos, tanto del modo indicativo como del subjuntivo -.
- Por el propio significado del verbo ya se indica un proceso:
momentáneo (disparar, clavar), repetitivo (martillar, remar),
duradero (crecer, madurar), frecuentativo (acostumbrar, habituar),
perfectivo (completar, finalizar), reiterativo (volver, insistir),
ingresivo (iniciar, comenzar).
- Con las perífrasis o frases verbales, formadas por un
verbo conjugado y otro en infinitivo, gerundio o participio:
incoactivas (empezó a decir, pasamos a contar), terminativas
(terminas por aceptar, vino a ser), reiterativas (volvía a
iniciar, insistían en repetir), obligativas (hay que detener,
deberías contar), hipotéticas (debe de parecer, viene a
ser), durativas (andaba pensando, seguía haciendo), perfectivas
(dejó establecido, queda probado).
A continuación, tenemos el modo. El modo describe la
relación del verbo con el hablante y la realidad a la que se
refiere. Muchas lenguas modifican el modo mediante la inflexión
del verbo. El modo no debe confundirse con otros accidentes del verbo,
como el tiempo o el aspecto, aunque, en ocasiones, el significado de
estos conceptos se superponga o solape.
Los modos originales del indoeuropeo eran el
indicativo, el subjuntivo, el
optativo y el imperativo. No todas las lenguas indoeuropeas cuentan con
todos estos modos, sino sólo las más conservadoras, como
el griego antiguo o el sánscrito, que los retuvieron.
En Español, el modo básico es el indicativo (o modo de lo
real) especifica cuándo el hablante estima algo como ocurrido
fuera de su mente, en la realidad objetiva. Estamos entonces hablando
de algo que pasó, está pasando o pasará: Hoy
llueve mucho. Una versión del indicativo es la voz pasiva, la
cual indica que algo o alguien se encuentra en un estado particular, en
oposición a realizar una acción particular: se vende (voz
pasiva refleja).
El modo
subjuntivo o modo de
lo
irreal hace que el hablante
considere la acción verbal en su mente, como esperanza
subjetiva; por ejemplo: «¡Ojalá llueva!». El
modo imperativo es el que se utiliza para ordenar o rogar.
Aunque en otros idiomas existe el modo
condicional
(en Inglés, por ejemplo: If I were to go), en Español se
lo considera habitualmente como un tiempo verbal más del modo
indicativo.
Existen también otros modos. En Japonés, por ejemplo, se
encuentran el modo
provisional
y el modo
tentativo. Algunas
lenguas urálicas-samoyedas tienen más de diez modos.
En Francés, las variaciones de aspecto y modo de yo canto es
básicamente la siguiente:
imperfecto
|
chantais
|
condicional
|
chanterais
|
presente
subjuntivo
|
chante
|
A continuación, vemos que existen varias voces. La voz activa se
usa cuando el sujeto realiza una acción. La voz pasiva se usa
cuando el sujeto de la oración es el objeto de la acción.
En Castellano, se construye a través del verbo ser más el
participio del verbo conjugado: las peras fueron comidas. La voz pasiva
refleja se forma con el pronombre se y la forma activa del verbo: se
considera.
La
persona es un aspecto
importante del verbo en muchas lenguas. Más comúnmente,
existe una terminación u otro afijo que entrega
información sobre el sujeto (tal como si es primera, segunda o
tercera persona, y si es singular o plural).
Hay lenguas, como el vascuense, donde el objeto directo e incluso el
objeto indirecto están incluidos en la forma verbal. Dakarzkizu,
por ejemplo, significa él te las trae, mientras que
Zenekarzkidan significa tú me las trajiste (kar equivale a
traer).
Aquí hay un ejemplo de la conjugación francesa, en el
tiempo presente, del verbo cantar, según la persona:
|
singular
|
plural
|
Primera
persona
|
chante
|
chantons
|
Segunda
persona
|
chantes
|
chantez
|
Tercera
persona
|
chante
|
chantent
|
Además, algunas lenguas tienen variaciones que expresan varios
niveles de cortesía. En Japonés, por ejemplo,
Hon o katta significa Yo
compré un libro – pero de una manera abrupta o impulsiva - .
Hon o kaimashita significa Yo compre
el libro, pero de una forma más cortésmente expresada.
Otra variación verbal común es la forma negativa.
Mientras en Español se usa la palabra no antes del verbo, en
Inglés se usa la palabra not después de los verbos
auxiliares. Sin embargo, hay en muchos casos una tendencia a que el
verbo cambie en la forma negativa al combinarse con el not: I can’t, I
won’t, I don’t, I ain’t, etc. Aunque aún es posible ver de
donde viene esta variación (especialmente debido al
apóstrofe), se está avanzando hacia que se conviertan en
formas separadas.
Hay otras lenguas en las cuales el verbo cambia cuando forma parte de
una pregunta. En Irlandés, por ejemplo, tá (ser) se
convierte en bhfuil en preguntas.
No podemos seguir sin mencionar antes que en Jausa (una lengua de
Nigeria), el tiempo verbal, aspecto, etc., se indican a través
de variaciones en el pronombre del sujeto, no en el verbo, tal como se
muestra en estos ejemplos de la palabra él:
perfecto
|
kin
|
futuro
|
záaki
|
predictivo
|
kyâa
|
habitual
|
kíkàn
|
subjuntivo
|
kì
|
continuo
|
kínàa
|
(Puede sorprenderte saber que el Inglés se está moviendo
en esta dirección también: I'd, I've, I'll, etc.)
En lenguas aislantes, tales como en Chino, o en otras lenguas que se
están moviendo fuertemente en esta dirección - tales como
el Inglés y el Francés - muchas de las variaciones
precedentes no se forman agregando terminaciones o a través de
cambios en el verbo, sino que son hechas a través de verbos
auxiliares. En Inglés, por ejemplo, se dice He will sing
(él cantará), y en Francés se dice a menudo Il a
chanté (él cantó). Estos particulares
ejemplos son llamados tiempos compuestos, pero estos también
implican aspectos, modos, etc.
Los
participios son formas no
personales del verbo, formado por un lexema verbal y una desinencia:
-ado para la primera conjugación e -ido para la segunda y
tercera. En algunos participios irregulares, terminados en -so, -to,
-cho, la desinencia se amalgama con el lexema: confuso, compuesto, pocho
La función del participio puede ser verbal (en la
formación de todas las formas verbales compuestas), adjetiva (el
participio, que concuerda en género y número con el
sustantivo, puede desempeñar todas las funciones
características del adjetivo) o núcleo del predicado
(resto de las construcciones latinas de ablativo absoluto y con
independencia relativa).
En Inglés, existen dos participios: el participio pasado (el
cual usualmente finaliza en –ed, tal como en el pasado simple) y el
participio presente (el cual finaliza en –ing). En Inglés, los
participios son también usados como adjetivos: He is a dancing
fool. He was a beaten man. Y pueden incluso ser usados como
sustantivos: Help the down-trodden; winning is everything.
Otra forma del verbo que a menudo se usa en la formación de
verbos compuestos es el infinitivo. Muchas lenguas tienen una forma
especial para construir el infinitivo, como en Castellano y
Francés, en las que usualmente terminan en –r (amar, comer,
etc.) y es la forma usada en los diccionarios. En Inglés, por su
parte, no existe realmente una forma infinitiva del verbo, sino que
simplemente se le antepone to al verbo: To sleep, perchance to dream.
Otras partes del discurso
Los
adjetivos son palabras que
modifican al sustantivo. En muchas lenguas, los adjetivos tienen afijos
que deben concordar con el sustantivo en caso, número,
género, etc.
Una característica peculiar de los adjetivos en muchas lenguas
es la comparación, la cual, presenta la cualidad del adjetivo en
relación con otra, estableciendo su superioridad (más
generoso), igualdad (tan agradable) o inferioridad (menos
risueño) con respecto a ella. Para formar el superlativo
relativo en Castellano, generalmente se le antepone un artículo
para expresar la máxima cualidad de algo o alguien en
relación con un grupo determinado (Ej. el más bueno).
Ahora bien, procedentes del Latín, en Castellano se conservan
comparativos y superlativos irregulares que conviven con los regulares
correspondientes. Así, de bueno surge el comparativo mejor y del
superlativo óptimo, que pueden alternar con más malo y
muy malo.
Otras lenguas requieren asimismo formas especiales de los adjetivos
para formas comparativos y superlativos, Por ejemplo, en Inglés,
hay algunas palabras que poseen una forma especial para estos casos,
como good/better/best (bueno/mejor/el mejor) big/bigger/biggest
(grande, más grande, el más grande), y formas
analíticas, tales como significant/more significant/most
significant (significante/ más significante/el más
significante).
Los
adverbios son parte de la
oración que sirven para modificar, precisar, matizar o ampliar
el significado de un verbo, de un adjetivo, de otro adverbio, de un
sintagma nominal, de un sintagma preposicional o de una oración.
Muchos adverbios pueden admitir morfemas de sufijación, siendo
el más común en castellano el sufijo –mente (felizmente,
vorazmente, etc.).
Las
preposiciones son palabras
que enlazan un elemento sintáctico cualquiera - principalmente
un sustantivo o equivalente - con el que forma un complemento de otro
sustantivo (mujer ‘con’ suerte), de un verbo (voy ‘a’ casa), de un
adjetivo (bueno ‘de’ naturaleza), de un adverbio (lejos ‘de’ casa), de
un pronombre (ninguno ‘de’ nosotros), o de una interjección
(¡ay “de” mí!).
Muchas lenguas - el japonés por ejemplo – tienen
postposiciones en lugar de
preposiciones, manteniendo el mismo propósito. La flexión
nominal a menudo es un substituto de preposiciones y postposiciones, y
de hecho puede que se hayan desarrollado a partir de ellas.
El Irlandés presenta un uso interesante de las preposiciones,
las cuales a menudo varían según la persona, tal como los
verbos. Aquí se puede apreciar la “conjugación” de la
preposición roimh (ante) (mh es w):
Ante
mí
|
romham
|
Ante
tí
|
romhat
|
Ante
él
|
roimhe
|
Ante
ella
|
roimpi
|
Ante
nosotros
|
romhainn
|
Ante
ustedes
|
romhaibh
|
Ante
ellos
|
rompu
|
Las <> son palabras que
conectan dos partes de una oración (ej. Y, o, pero, entonces,
etc.).
Finalmente,
están las interjecciones,
las cuales son expresiones de emoción que reflejan los
sentimientos del hablante. Generalmente no son palabras propiamente
tales, sino que ruidos vocales (¡eh! ¡oh!
¡adiós! ¡ea! ¡uf! ¡bah! ¡hala!
¡ay!) o palabras que en este caos, pierden su significado literal
(¡mierda!, ¡caracoles!).
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