Dr. C. George Boeree
Departamento de Psicología
Universidad de Shippensburg
Traducción al castellano:
Nacho Madrid
Es una cuestión intrigante, para la cual no tendremos nunca una respuesta completa: ¿Como llegamos desde la vocalización animal (rugidos, ladridos, gritos ...) hasta el lenguaje humano?
Los animales a menudo hacen signos, los cuales señalan lo que representan, pero no usan símbolos, los cuales son arbitrarios y convencionales. Ejemplos de signos incluyen olfateos como signo de un inminente resfriado, nubes como signo de lluvia, o un olor como signo de territorio. Los símbolos incluyen cosas como las palabras que usamos. Perro, sabueso, can ... se refieren a la criatura nombrada, a pesar que ninguno incluye nada que indique a la criatura nombrada.
Además, el lenguaje es un sistema de símbolos, con muchos niveles de organización (al menos fonético, sintáctico y semántico).
De modo que ¿cuándo comenzó el
lenguaje? ¿Al principio del género Homo hace 4 o 5
millones de años? ¿O con la llegada del hombre moderno,
el Cromañon, hace unos 125.000 años? ¿Hablaban los
neardenthales? Ellos tenían un cerebro más grande que el
nuestro, pero su caja vocal parecía más alta en su
garganta, como la de los monos. No lo sabemos.
Hay muchas teorías sobre los orígenes del lenguaje.
Muchos de estos tienen nombres tradicionales divertidos, y creare un
par de ellos más cuando sea necesario.
Otro tema es como a menudo el lenguaje apareció (se inventó). Quizá se inventó una vez, por nuestros primeros ancestros – quizá el primero que tuvo cualquier propiedad genética o fisiológica necesaria para realizar sonidos complejos y organizarlos en cadenas. Esto es llamado monogénesis. O quizá fue inventado muchas veces – poligénesis – por mucha gente.
Podemos tratar de reconstruir formas iniciales del lenguaje, pero solo podemos ir tan atrás dependiendo de ciclos de cambio que borraron cualquier posibilidad de reconstrucción. Algunos dicen que solo podemos ir atrás quizá unos 10,000 años antes de que el rastro se enfríe. Así que quizá nunca lo sepamos.
Quizá el mayor debate entre los lingüistas y otros interesados en los orígenes del lenguaje es si podemos explicar el lenguaje usando solo los mecanismos básicos del aprendizaje, o si necesitamos postular alguna predisposición intrínseca al lenguaje. Los partidarios de la opción del aprendizaje (como B.F. Skinner) dice que ese condicionamiento infantil, o quizá modelado, puede explicar la complejidad del lenguaje. Los partidarios del mecanismo de adquisición del lenguaje (como Chomsky y Pinker) dicen que la facilidad y velocidad con la que los niños aprenden lenguaje requiere de algo más.
El debate es real solo para aquellas personas que prefieren tomar una u otra de estas visiones extremas. Parece muy claro para la mayoría que ninguna es la solución. ¿Existe algún mecanismo neural especial del lenguaje? No en el sentido que defienden Chomsky o Pinker.
En la mayoría de los mamíferos, ambos hemisferios se parecen mucho. En algún momento de los primeros años de la humanidad, algunos sufrieron una mutación que les dejó un hemisferio con capacidad limitada. En lugar de conexiones neurales que fuesen en cualquier dirección, tendieron a estar organizados más linealmente. El hemisferio izquierdo no puede relacionarse con cosas en el sentido completamente multidimensional normal. Pero – sorpresa – esta misma capacidad disminuida les hace muy buenos ordenando cosas linealmente. Y eso es exactamente lo que necesita el lenguaje: La capacidad de convertir eventos totalmente dimensionales en secuencias lineales de sonidos, y viceversa.
Por otra parte, ¿es el lenguaje solo una cuestión de condicionamiento o imitación? Solo si olvidas tener en cuenta las ideas de gente como William James, los psicólogos de la Gestalt, y los modernos cognitivistas. Al igual que no necesitamos realmente aprender a percibir colores o profundidades, tampoco necesitamos realmente aprender ciertos hechos sobre el lenguaje, porque esos hechos son una realidad.
Como mencionamos antes, l lenguaje requiere que traduzcamos el mundo cuatridimensional en medio casi unidimensional del habla. ¿Cómo podemos hacer esto? Bien, hay realmente solo unas pocas posibilidades abiertas. En percepción tenemos una regla llamada “proximidad”. Ponemos cosas que están cerca unas de otras en nuestras mentes, porque están cerca unas de otras, obviamente. Bien, ponemos palabras que están relacionadas más cerca que aquellas que no lo están. No necesitamos un mecanismo de adquisición del lenguaje especial, ni ningún condicionamiento.
Cuando lleva a relaciones (las cuales son, por supuesto, tri o cuatridimensionales), hay solo tres formas en que podemos hacerla lineales. Si a y b representan dos cosas, y f representa la relación entre ellas, entonces tenemos que elegir entre estas:
f (a, b)
(a, b) f
(a) f (b)
Si crees que a y b son nombres, y f un verbo
transitivo (o una preposición), verás algo que suena como
VSO, SOV, y SVO, respectivamente. ¿Y por qué el sujeto
normalmente aparece antes del objeto? Bien, el sujeto es más
saliente, más activo; el objeto es más incidental,
más pasivo. Lo que llega antes a nuestra percepción o
pensamientos va primero. Ahora tenemos dos de las más
básicas reglas del lenguaje, y no hemos necesitado de
condicionamiento ni de un mecanismo especial.
¿Y qué pasa si miramos verbos intransitivos o adjetivos?
Ahora hay solo dos posibilidades: f (c) y (c) f. La primera es
naturalmente más compatible con f (a,b) o VSO, la otra es
más compatible con (a,b) f o SOV y (a) f (b) o SVO – solo falta
la b. Aquí tenemos otra de las reglas universales del lenguaje.
Todo lo que necesitamos añadir es el principio de consistencia:
si nuestras frases son de uno de los patrones, nuestro nombre, verbo, y
frases preposicionales tenderán a adherirse al mismo
patrón: naturalmente.
Por supuesto, como en cualquier campo, las teorías más dramáticas reciben la mayor atención, por lo que puede pasar un tiempo antes de que prevalezca el sentido común. Pasa igual generalmente en Psicología: comparado con una teoría biosocial sencilla, Freud es más interesante, Skinner es más elegante, Maslow es más animoso, Jung es más fresco, la psicología cognitiva es más tecnológica ...
© Copyright 2003, C. George Boeree
* (Nota del traductor: En la versión inglesa original de este capítulo se incluyen ejemplos que no son aplicables al castellano. Pueden consultar la fuente original para verlos.)